5 consejos para gestionar el estrés laboral

Debemos entender que para gestionar el estrés laboral no existe una hechizo o una fórmula mágica que lo haga de repente. Es como con los demás ámbitos de la vida, hay que ser constante, aplicando los tips de los que hablaremos a continuación en la rutina diaria.

  1. Planificación del trabajo

El estrés y la desorganización van cogidos de mano. Sin planificación, todas las tareas se nos irán acumulando o en el mejor de los casos, las entregaremos fuera del plazo. Es por ello, que la mejor manera de gestionar (o directamente evitar) el estrés, es tener una buena planificación. Y es que, aunque parezca algo de cajón, gestionarse el tiempo sabiendo cómo, cuándo y en qué lo empleamos, es la mejor manera de evitar que tengamos que hacer todo con prisas y a última hora, creando así un estrés totalmente innecesario.

Aun así, tampoco hay que obsesionarse con esto de la planificación, basta con coger una agenda o un calendario e ir poniendo, de forma realista, pero a su debido tiempo, todas las tareas por realizar (también se pueden utilizar diferentes apps del móvil, un corcho en la habitación, Google Calendar o programas recordatorios).

  1. Marcarse objetivos realistas

Todo trabajador es eficiente en la medida que se marque unos objetivos y metas realistas, y las consiga alcanzar. Es mucho más preferible ponerse unos objetivos pequeños, alcanzables a corto y medio plazo, que no grandes objetivos que se tienen que cumplir dentro de muchos meses.

A simple vista puede esto puede parecer contraproducente, sin embargo,  el estrés de pequeñas tareas cotidianas es mucho más gestionable que no el que acabará llegando con el propósito grande.

  1. Aprender a decir no

Muchas veces, ya sea por presión social o por otros factores, aceptamos tareas que no nos corresponden. En la medida en la que esa tarea realmente no nos corresponde hacerla y que podamos evitar hacerla sin que nuestro puesto esté en peligro, es totalmente recomendable aprender a decir no.

Es evidente que en el puesto de trabajo los compañeros no son solo eso. En toda empresa en la que haya una buena dinámica, los trabajadores pueden ser amigos y disfrutar de su tiempo libre juntos. Aun así, eso no es motivo para permitir que los demás se aprovechen de nosotros y nos carguen con sus tareas.

  1. Asertividad

A veces lo que nos causa estrés en el lugar de trabajo no es el trabajo en sí, sino el lugar y las personas con las que tenemos que estar. Esos factores, que no están directamente relacionados con el trabajo, pueden afectar nuestro bienestar en caso de molestarnos mucho, lo que puede producir una menor productividad, algo que ni a nosotros ni a la empresa le interesa.

Es por esto tan importante ser asertivo y comunicarle a la persona que corresponda acerca de esto, a ver si puede ponerle solución. Siempre de buenas maneras, hay que saber expresar que estas molestias, por pequeñas que puedan parecer, están repercutiendo negativamente en nuestro desempeño laboral.

  1. Desconectar del trabajo

Sea como sea el tipo de trabajo que hagamos, es evidente que el trabajo repetitivo y monótono nos agota mental y físicamente.

Una buena forma de romper con la monotonía es buscar momentos en los que podamos desconectar, aunque sea brevemente. Podemos estirar las piernas, ir a por una infusión, hablar con un compañero sobre un tema no relacionado con el trabajo… son formas para despejar nuestra mente del estrés y suavizar el entorno.